miércoles, 18 de enero de 2012

BROKEN LIGHT


BROKEN LIGHT_ Atjehstraat in Rotterdam’s Katendrecht (Rotterdam _Países Bajos)



     En 2007 se planteo un reto por la Fundación de Arte DGSEP Stichting para regenerar la zona y estimular el debate sobre el uso de la luz en los espacios públicos.
    Una vez apagado el alumbrado público de regulación, existe una avenida de columnas iluminadas repartidas por las fachadas, y un patrón de luces bailando en el pavimento. Este replanteamiento de las calles convencionales ha tenido un impacto más allá de la forma estética, los problemas de la delincuencia y la prostitución, quienes prácticamente han desaparecido para dar una imagen reforzada de la comunidad.
      Los diseñadores del proyecto, Rudolf Teunissen y Philipp Stegmüller, investigaron el sentido de la luz con el de conocer con precisión cómo se percibe y se experimenta en el espacio público. Creando una biblioteca de referencias visuales que actúan como filtro para la vida del mundo real.  Además, descubrieron que la iluminación se ha convertido en una terminología muy arraigada a la vida cotidiana. Trabajando con la ambigüedad luz-oscuridad.



      En definitiva, concluyeron que ambos términos han adquirido un papel importante en la forma de percibir las cosas. Así, comenzó el desarrollo de “Broken Light”. Querían demostrar que el concepto de iluminación no es sólo una cuestión de percepción, sino que puede tejer una capa de identidad de un espacio determinado.
       Naturalmente, hay aspectos prácticos a tener en cuenta: existía un deseo de eliminar las cualidades negativas de la luz en la calle, para evitar el deslumbramiento y reducir la contaminación lumínica, pero más allá de eso, Teunissen quería crear un "lichtraum": un espacio construido con la luz, un capa adicional a persona durante el día de la calle.

       En 2009 se creó una demostración con un prototipo de luminaria y, en noviembre de 2010, se organizó un pequeño carnaval para celebrar el gran encendido. El plan requería la eliminación de las farolas existentes. Estos fueron sustituidos por 18 unidades, una fila de nueve a cada lado de la calle. Cada mástil, se limita a seis metros por un accesorio a medida orientada hacia la construcción de fachadas. Estos proporcionan tanto los pilares verticales de luz y el diseño en remolino en el suelo. Es indispensable que cada efecto de cada luminaria sea personalizado para dirigir con precisión las barras de luz, evitando las ventanas y permitiendo que el paisaje nocturno sea disfrutado tanto desde el interior de las casas como desde la calle. 



      En efecto, jugando con las diferentes interpretaciones y puntos de vista siempre fue una parte intencional de este trabajo, y la reacción de los residentes ha sido abrumadoramente positiva. Para Teunissen, es prueba de que las soluciones imaginativas pueden ser una opción práctica y atractiva. "Lo que muestran es que se puede iluminar toda una zona y que se puede añadir un gran contraste sin obstrucción visual o reflexión de la luz innecesaria"




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